MP3: orígenes y definición de un pequeño gigante: La música ha pasado por diferentes etapas y cambios a través de nuevos dispositivos y formatos que muchas veces vuelven obsoletas a las tecnologías anteriores. El último y más popular es sin duda el polémico MP3, un sistema de compresión de audio que ha revolucionando el mundo musical gracias a la masividad de Internet. Esta tecnología de pequeños archivos de audio, que ha llegado para quedarse, nació hace poco más de 10 años, si bien ya en 1986 el centro de investigación alemán Instituto Fraunhofer comenzó a desarrollarlo y controla la mayoría de las patentes relacionadas con el MP3. De todos modos, no fue hasta 1995 que Karlheinz Brandenberg, director de tecnologías de medios electrónicos del instituto alemán, usó la extensión .mp3 para los archivos que guardaba en su ordenador. Pasemos ahora a la definición de MP3. ¿En qué consiste exactamente ese pequeño archivo que ha llegado a reemplazar descaradamente a los CDs, quitándonos la sana costumbre de ir a revolver nuestra tienda de discos favorita? Veamos: MP3 es el acrónimo de MPEG-1 Layer III y consiste en un algoritmo de compresión que se basa en las limitaciones del oído humano y elimina las frecuencias inaudibles conservando la esencia del sonido. Técnicamente, al codificar audio, este formato de compresión descarta la información poco relevante para el oído humano, haciendo que una gran parte de la información del audio original se pierda sin que esto signifique una disminución notable en la calidad desde el punto de vista de un oyente humano. Para el oído no experimentado, o común, con 128 kbps (kilobits por segundo) o hasta 96 kbps basta para que se oiga "bien". En personas que escuchan mucha música o que tienen experiencia en la parte auditiva, desde 192 o 256 kbps basta para oír bien. La música que circula por Internet, en su mayoría, está codificada entre 128 y 192 kbps. De todos modos, la calidad no es lo único que se resigna al bajar archivos MP3. Cualquier amante de la música que se precie de serlo sabrá que no hay cómo comparar descargar canciones de un servicio de música digital a tener un disco original, ver el arte de tapa, las letras, entre muchos etcéteras. Aun así, es innegable que este formato nos ha llevado a ser capaces de reunir verdaderas colecciones de música, impensadas en años anteriores. Amado u odiado, el MP3 forma parte de nuestra cotidianeidad -gracias sobre todo a los reproductores- y no será fácil reemplazarlo. Al menos por ahora.
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